En mi reciente visita a Crabs´s en Santa Marta inevitable fue acercarme a Oscar y Carolina, las personas detrás de este increíble bar, para hablar, además de música, de emprendimiento y del desarrollo de su negocio; y es que no es para menos, el bar fue lugar obligado de encuentro en Bogotá para quienes amamos el Rock&Roll, un sitio que nos regaló momentos increíbles a finales de los 90´s.
Y es que Crab’s Bar se atrevió a lanzar un concepto que Bogotá no sabía que necesitaba; rock, música en vivo, miércoles de blues y cerveza a buen precio… El sueño de unos emprendedores que desarrollaban su visión poco a poco siempre apoyada por una clientela fiel y agradecida. Sin embargo, pasado un tiempo, empezaron a llegar los desafíos: la tentación de mejorar los ingresos sacrificando identidad, la envidia de un arrendador sin visión que amenazaba subir la renta arbitrariamente aprovechando el creciente éxito del lugar y por ende la duda sobre cuál era el siguiente paso a seguir.
La claridad del concepto del negocio ayuda bastante entre otras muchas cosas para saber cuáles son los caminos que no se deben tomar; como quien dice “por ahí no es”. Y así fue como, con el impulso y las ganas de mantener a flote el proyecto, Oscar y Caro apostaron por llevar a Crab’s 1,000 km al norte, al entonces incipiente centro histórico de Santa Marta. Hoy, Oscar al frente de la música con pantallas que muestran nuevas versiones, covers y colaboraciones de las mejores canciones de rock; y Carolina por su parte, el alma y corazón en la barra, con una sonrisa que refleja la buena vibra del lugar, hacen de este sitio un lugar único con una energia propia que nos roba el corazón y lo vuelve un sitio de visita obligada en Santa Marta aun no siendo amante del rock&roll.
Crab’s Bar representa el sueño de dos emprendedores que tenían claro lo que querían, y también, lo que no estaban dispuestos a ser para lograrlo.